" "LA MUJER - EN BÚSQUEDA DE ALGO DIFERENTE"

No es fácil tomar la determinación de buscar una ayuda de Dios para que haga algo diferente en nosotras, a pesar de entender que hay una necesidad, y menos en nuestros casos porque  muchas veces creemos que nos la sabemos todas. 

Pero cuando lo decidimos hacer entonces empezará el verdadero trabajo: "tomar la decisión de comenzar a doblegar esa naturaleza débil que habita en nosotros". Es la misma lucha que relata el Apóstol Pablo en el libro de los Romanos cuando dice Romanos 7:18-24 "Porque yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza débil, no reside el bien; pues aunque tengo el deseo de hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.....!Desdichado de mí! ¿Quién me librará del poder de la muerte que está en mi cuerpo?". Lo primero que debemos saber es que tenemos "una naturaleza débil", que le apasiona muchas cosas que no le agradan a Dios.

Cuando nos dice la palabra "no reside el bien", es decir no habita el bien, es porque hay muchos patrones de conductas equivocados que residen en nuestro corazón, que habitan en nuestro interior  como son : la ira, los celos, los pleitos, la mentira, el orgullo, la necedad, etc, y son precisamente  esas cosas que están impregnadas en nuestros corazones, contra las cuales  debemos luchar.

Es triste cuando nos encontramos en esa constante lucha de "tener el deseo de hacer lo bueno y no ser capaz de hacerlo", saber que estamos obrando mal ante una situación pero que hay barreras como el orgullo, la altivez que no nos permite reconocer que estamos equivocadas para buscar y aceptar esa ayuda. Reconocer que necesitamos la ayuda ante una situación pero que nuestra autosuficiencia nos dice que podemos lograrlo solas.

Esas cosas que hay en nuestra naturaleza débil producen una muerte en nuestro interior, y con lo que sencillamente está acabando es con la oportunidad de ser diferentes, mujeres bondadosas, temerosas de Dios, llenas de sabiduría.

Pero tenemos una esperanza y es "poder colocarnos en las manos del Alfarero", del mejor de los artesanos que ha existido por todos los tiempos, y permitirle que El pueda trabajar en nuestra naturaleza débil, y fortalecer nuestra naturaleza espiritual. En la medida en que tomemos la decisión de rendirnos a Dios, nuestras vidas nunca volverán ser iguales. ¿Quieres intentarlo? o ¿Deseas permanecer igual?, el primer paso es reconocer que nos sentimos desdichados con esas malas actitudes que habitan en nosotras, y el segundo disponer a que Dios trabaje en ellas.

UNA VIDA TOCADA POR DIOS SIEMPRE MARCA LA DIFERENCIA.

XIMENA DE CAMACARO  Autora del Libro "EL DESAFÍO DE SER MUJER"