Por eso todos deberíamos decir cada
día como lo dijo el salmista: “SEÑOR AYÚDAME A CONTAR EL NÚMERO DE MIS
DÍAS”. Porque cuando aprendemos a contar el número de días que
estaremos en esta morada pasajera, viviremos la vida con un sentido de
responsabilidad y no una vida llena de desórdenes, de prueba y ensayo, de hipótesis.
Viviremos cada día al máximo, aprovechando todas las oportunidades que nos
brinda Dios, tratando de enmendar los errores cometidos, pero sobre todo
pensando en que nuestro paso por esta tierra no debe ni puede ser un accidente.
Muchos quizás estén pensando en este
momento que están ante LA OPORTUNIDAD MÁS GRANDIOSA DE SU VIDA, porque
realizaron un negocio que los llevó hasta la cumbre en el área financiera, o quizás
pudo culminar esa profesión tan anhelada. Otros encontraron el amor de su vida,
o llenaron sus hogares de unos maravillosos hijos. Todo eso es maravilloso,
pero te llevará a sentir una plenitud el día que encuentres el ingrediente
principal que consolidará todas aquellas cosas en la mejor oportunidad.
Hoy todos estamos ante una GRANDIOSA
OPORTUNIDAD, valga la pena repetirlo, LA OPORTUNIDAD DE VIVIR UNA VIDA
CON UN PROPÓSITO CLARO”. Ahora después de tantos años de tener una
relación más cercana con mi Dios, puedo decirte que la vida sin ÉL no tiene ningún
sentido.
Malgaste muchos años en mi vida, tomé
miles de malas decisiones por largos años, hasta que un día los problemas me
alcanzaron y empecé a cosechar el producto de esas malas elecciones. Pero el
dolor más grande que he experimentado, fue cuando la muerte quiso alcanzarme,
cuando mis acciones quisieron cobrarme la factura más cara que he podido pagar,
y fue cuando el Cáncer se levantó como un Tsunami queriendo arrastrarlo todo. Pero
gracias a mi Señor ya mi relación con Cristo era otra y mi Dios se levantó como
el mejor de los Padres y me dijo: “NO TEMAS YO TE AYUDARÉ”, sentí que
fue quizás la única oportunidad en donde no dependía de mí si seguía viviendo o
no, dependía solamente de que mi Dios me quisiera dar un chance para hacer las
cosas diferentes.
Allí en mi lecho de enferma, pude
decirle: “PADRE AYÚDAME A CONTAR EL NÚMERO DE MIS DÍAS, LAMENTO TANTO HABER
DESPERDICIADO POR TANTOS AÑOS EL REGALO MÁS MARAVILLOSO QUE ME DISTE, PERO HOY
TE PIDO QUE ME AYUDES A VALOR MI VIDA Y ME DES UNA NUEVA OPORTUNIDAD”.
Dios es bueno y para siempre es su
misericordia, hoy estoy disfrutando de UNA GRANDIOSA OPORTUNIDAD, no sé cuántos
años vaya a permanecer en esta tierra, lo único que comprendo es que debo vivir
cada día con un propósito claro y con una responsabilidad primero delante de mi
Dios y segundo delante de mí misma y valorar ese regalo tan maravilloso que
poseo.
Ximena de Camacaro, Autora del libro “EL DESAFÍO DE SER MUJER”
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