Todos los días nos enfrentamos a tantos desafíos con la crianza de los hijos, como ayuda idónea del cónyuge, en la vida espiritual, frente a la economía del hogar, en la edificación emocional de nuestra familia, en la sociedad donde vivimos, con nuestra familia, y aprender a tener un equilibrio en todos estos roles es un verdadero desafío.
La mujer es un ser tan especial y lleno de tantas virtudes y talentos, y con la ayuda de Dios y la sabiduría que nos ha dado podemos llegar a convertirnos en partícipes de historias maravillosas en cada uno de nuestros seres queridos.
Se acerca el día de la mujer, un día para celebrar los triunfos que hemos alcanzado, para analizar las desafíos a los que nos seguimos enfrentando cada día, para seguir trazando metas personales y a nivel familiar, pero sobre todo un día PARA AGRADECER por el privilegio de ser mujeres, y por haber sido diseñadas por el Creador con tantas expectativas con nosotras.
Es un día para agradecer por la familia que se nos confió, por la dirección que Dios nos ha dado para ser ese apoyo y ayuda incondicional en nuestros hogares, por ser partícipes de los triunfos de ellos, por darnos la fortaleza para levantarnos y seguir cuando creímos que no era posible. Pero también por ese afecto, ese amor que hemos recibidos de esposo, hijos, que hace que pensemos cada día que si vale la pena los esfuerzos, sacrificios, lágrimas, angustias que tal vez hemos pasado.
Cuando miramos atrás en ocasiones sentimos que no ha sido fácil el camino que hemos recorrido para llegar hasta donde estamos, pero cuando apartamos aun lado el dolor de algunos momentos y visualizamos el fruto de nuestras acciones, pensamos, valió la pena. Nadie nos dijo que sería fácil, pero pienso que esa inversión extra que nos ha tocado hacer en algunos casos, es lo que hace que cuando veamos los resultados, digamos, valió la pena. A medida que vemos los hijos crecer, convertirsen en hombres y mujeres de bien, diremos, valió la pena. Cuando logramos superar una crisis matrimonial y seguimos esforzándonos en construir buenas relaciones, analizaremos, valió la pena. Todo lo que ahora estamos haciendo por nosotras y los seres que amamos, vale la pena.
Somos privilegiadas por haber sido elegidas con un propósito tan especial en la vida, gracias doy a Dios por cada mujer que está leyendo esta nota. Somos especiales, Dios confía en nosotras y en lo que ha puesto en nuestras manos, así que vamos a esmerarnos por hacer cada día no solamente lo posible sino lo imposible, por cumplir cada uno de nuestros roles, y cuando quizás sintamos o pensemos que no podemos más, claro que si podemos, porque nuestro Señor estará allí para ayudarnos en las situaciones que creamos imposible resolver.
Somos más que vencedoras, somos unas guerreras, vamos a vivir cada día con propósito claro, a esmerarnos en dar lo mejor de nosotras, no importa que no recibamos el agradecimiento que esperamos, Dios nos creo con la capacidad de dar y de amar, y creo lo que dice la palabra de Dios: "hay mayor bendición cuando damos que cuando recibimos".
No nos cansemos de sembrar, "el que con lágrimas siembra con regocijo recoge", sigamos sembrando y si en algún momento no vemos el fruto que esperamos, confiemos en Dios que toda siembra fue buena, y que él nos dará una buena cosechas en su tiempo.
Deseo que no solo disfrutemos ese día, sino que aprendamos a disfrutar cada momento que Dios nos regale, tengamos paciencia en los momentos difíciles, y vivamos con intencidad los buenos. Dios nos ama y tiene un plan perfecto para cada una de nosotras.
Ximena de Camacaro, libro "ELDESAFÍO DE SER MUJER"
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