LA MUJER Y LA COMPLEJIDAD EN SUS RELACIONES.

Lo primero que debemos entender es que Dios nos creo como seres relacionales. Cuando el Señor vio que Adán estaba solo, exclamó: "No es bueno que el ho9mbre esté solo voy a hacerle una AYUDA ADECUADA". En otras palabras fuimos creados para vivir en comunidad. Me imagino que en la primera etapa de enamoramiento de Adán y Eva todas las cosas marchaban bien, pero a medida que pasaron los días y cada uno de ellos empezó a evidenciar su carácter, también se comenzaron a complicar las cosas, su relación se volvió compleja.

En un momento Eva tomó una decisión que iría contra el bienestar de su familia, pero ella en ese instante no se tomó la molestia de evaluar los riesgos y las consecuencias futuras sobre sus actos. Es así como podemos observar entonces la complejidad en su relación, ambos reciben una mismas orden: "no comer el fruto prohibido", pero ella decide desobedecer y manipula la voluntad de su esposo para que él también lo haga. Más adelante vemos en esta historia que cuando el Señor decide pedirle cuentas a Adán como cabeza de hogar su respuesta fue: "La mujer que me diste por compañera......". ¿Acaso él no era también responsable de su elección? ¿Por qué se solidarizó con la rebeldía de su esposa? ¿Qué pasó con su propia relación con Dios? cuando leí esta historia, pensé en el libro: "La culpa es de la vaca", y di gracias a Dios que no existiera todavía porque de lo contrario Adán hubiera culpado a la pobre vaca.

No hay nada más complejo que la relaciones: (maritales, de padre e hijos, de jefe a empleados, entre hermanos, amigos), porque en una relación cada persona tiene expectativas diferentes frente a la otra, y son precisamente estas las que han creado competencia y rivalidades entre ambos sexos. Debemos entender que cada "cabeza es un mundo" y no podemos pretender cambiar los pensamientos y sentimientos de las personas que son los que nos hacen diferentes. Podemos hacer sugerencias, plantear alternativas para que las personas en nuestro entorno las evalúen y si las consideran relevantes las incorporen a sus modelos mentales, sino es así debemos entrar a la línea del respeto a cada individuo.

En el matrimonio nosotras como mujeres esperamos mucho de los hombres, que ellos nos escuchen, que se involucren en la crianza de los hijos, que colaboren en los oficios de la casa, que sean fieles, muy romántico, pero ellos también esperan que nosotras no controlemos, no les hagamos muchas demandas en relación a sus responsabilidades en el hogar, que a pesar del estrés que significa mantener una casa, cuidar unos hijos, estemos siempre sonrientes, que seamos buenas administradoras de las finanzas, y siempre dispuestas a satisfacer sus necesidades en la intimidad independiente de cualquier asunto que tengamos que resolver como parejas. Muchas desconocemos las palabras del Apóstol Pablo cuando dijo en: 1 Corintios 7: 28 ".... Sin embargo, los que se casan tendrán que pasar por muchos aprietos.....", y es cierto, se ha dicho que en los primeros 8 días de convivir con la pareja, ya muchos tienen motivos para abandonarla. 

También los hijos esperan que sus padres no se entrometan en sus asuntos, que no se enojen por sus regueras, que no les coloquen límites, que se desprendan económicamente para complacer todos sus deseo y caprichos. En fin todos tenemos demandas que son las que precisamente hacen que las relaciones se vuelvan complejas.

   

La Biblia dice: "dos no podemos andar juntos sino estamos de acuerdo", aquí está el secreto, tanto el hombre como la mujer podemos ser seres complejos, pero en la medida que aprendamos a "establecer acuerdos", esto hará que sea más llevadera cualquier tipo de relación. Es necesario que aprendamos a menguar en nuestro mal carácter, a ser más flexibles en algunos asuntos, a entender que no nos la sabemos todas sino que también nos equivocamos, que una relación se construye entre dos, debemos deponer malas actitudes, empezar a comprometernos más en algunas cosas, aprender a pedir perdón.

El perfeccionismo ahoga las relaciones, crea presión,  desanima. Si no trabajamos en crear estos acuerdos vamos a ser unos infelices en cualquier tipo de relación que establezcamos, como también haremos infeliz a esa persona con la que compartimos. Algo importante es que aunque por naturaleza somos seres complejos, valga la redundancia, "La complejidad no puede llevarnos a anularnos en una relación", no es bueno que una de las partes involucrada en una relación se anule para hacer feliz a la otra o para evitar los conflictos, porque a la larga la persona que se sacrifica se va a cansar de sostener una determinada situación. No somos el proyecto personal de nadie, tenemos un valor como personas y no podemos renunciar a el.

Por eso el Señor nos dio unos lineamientos para aplicarlos a las relaciones y esto hará que a pesar de la complejidad del ser humano sea más llevadera la tarea de vivir en pareja, la relación con los hijos, cuando dice en Colosenses 3:18-21 "Esposas, SOMÉTANSE a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, AMEN a sus esposas y no sean duros con ellas. Hijos, OBEDEZCAN a sus padres EN TODO, porque esto agrada al Señor. Padres, NO EXASPEREN a sus hijos, no sea que se desanimen". Complejo ¿verdad?, entonces el respeto que debemos guardar las mujeres hacia el hombre, el amor que debe mostrarnos el hombre, la obediencia de los hijos y nuestra paciencia hacia ellos serán las virtudes que debemos poner en práctica para crecer en nuestras relaciones.  

También en las relaciones laborales Dios nos dejó unos parámetros, Colosenses 3:22-23 "Esclavos, obedezcan en todo a sus amos terrenales, no sólo cuando ellos los estén mirando, como si ustedes quisieran ganarse el favor humano, sino con integridad de corazón y por respeto al Señor. Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo.....4:1 Amos, proporcionen a sus esclavos lo que es JUSTO Y EQUITATIVO, conscientes de que ustedes también tienen un Amo en el cielo".

No podemos esperar más de una persona de lo que humanamente pueda dar, pero si, cada uno puede poner de su parte para que las cosas funcionen. La palabra de Dios nos anima a desarrollar algunas virtudes en nuestro trato diario con los demás: "....revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que SE TOLEREN UNOS A OTROS y se PERDONEN SI ALGUNO TIENE QUEJA CONTRA OTRO. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Por ENCIMA DE TODO, VÍSTANSE DE AMOR, que es el VÍNCULO PERFECTO", Colosenses 3:12-14.

Ximena de Camacaro, Autora libro "El Desafío de Ser Mujer".