"La Mujer en las MANOS DE DIOS"
Todos los seres humanos crecimos con la mentalidad de que
"Nos las sabemos todas", "Estamos en el camino correcto",
"Los demás están equivocados", "Siempre tendremos la
razón", y esto nos ha llevado a convertirnos en personas Intolerantes hacia los
demás, quisquillosas, que nada ni nadie nos satisface, rencillosas, en fin, de alguna manera ha trastornado nuestro carácter.
Y aunque lamentablemente muchos nos hemos dado cuenta de estás
posiciones equivocadas que asumimos ante algunas situaciones, pocos queremos
dar el brazo a torcer y reconocer nuestros desaciertos.
Hay tanto orgullo en nosotros como para aceptar que ese ser que tanto amamos tiene la razón, porque pensamos que si tal vez le damos la razón a alguien, se van a aprovechar de esta situación, nos van a catalogar como personas débiles, quizás van a perder la credibilidad hacia nosotros o porque no van a perder el respeto.
Hay tanto orgullo en nosotros como para aceptar que ese ser que tanto amamos tiene la razón, porque pensamos que si tal vez le damos la razón a alguien, se van a aprovechar de esta situación, nos van a catalogar como personas débiles, quizás van a perder la credibilidad hacia nosotros o porque no van a perder el respeto.
Pero que
tan hermoso es poder tener la humildad o valentía suficiente para mostrarnos
ante los demás como esa persona vulnerable que también somos, como esa persona
que está dispuesta a reconocer sus errores y aprender de ellos. El reconocer
que no tenemos los conocimientos suficientes, la razón en todo, nos hace más
sensibles y más asequibles ante los demás.
No hay
nada que envanezca más a los seres humanos “que
sus conocimientos”, la Biblia lo dice: “el conocimiento envanece”, pero hay
algo que nos puede ayudar a contrarrestar este mal que nos está atacando y es “La
Sabiduría que proviene de Dios”, esto es lo único que puede ayudarnos a
tener un equilibrio.
Creo que son pocas las personas que por voluntad propia han buscado esa Sabiduría que
proviene de Dios. Muchos de nosotros en los momentos difíciles que pasamos en la vida
nos condujeron a esta búsqueda. Otros a pesar de sus equivocaciones, de sus
dolores y continuos fracasos todavía no han entendido que es necesario que
permitan a Dios entrar a sus corazones y equiparlos de su sabiduría.
Por eso, Jeremías 18:….. “Ustedes,
pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. 7 En un
momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir .......... En
otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación o a un reino.....
Hay dos momentos cruciales en nuestras vida: el tiempo de "arrancar, derribar y destruir" todo lo que hay en nuestro ser que no nos es provechoso y que nos estorba para crecer, para florecer, para dar, para amar, y el tiempo de "construir y plantar" todos aquellos nuevos hábitos que nos ayudarán a modificar nuestro temperamento. Pero ambos tiempos son indispensables.
No se puede construir y plantar cosas buenas sobre espigas, sobre nubarrones, sobre un terreno árido, es necesario preparar ese terreno sobre el que Dios va a trabajar para "transformarnos en una nueva persona".
Que maravilloso es cuando podemos despertar de ese egocentrismos donde solíamos estar y saber que somos un simple mortal tan lleno de aciertos como desaciertos, que no somos tan perfectos como creíamos, que necesitamos de las opiniones y conceptos de los demás, que podemos tener la capacidad de aceptar, y amar a los demás por lo que son.
Fuimos creados para formar "un todo", en donde perdimos nuestro derecho a la exclusividad e individualidad. Si cada uno de nosotros entendiéramos que somos vitales e indispensables para que "este mundo funcione bien", todas las cosas marcharían mejor. El mundo nos necesita, está sociedad en que vivimos demanda nuestra presencia, pero nunca estaremos dispuestos para ellos si antes no entendemos que también los necesitamos.
Fuimos llamados a no buscar el beneficio propio sino pensar y trabajar en el bienestar colectivo, pero se necesita de amor para poder entregarnos al máximo sin esperar nada a cambio. El cambio debe empezar hoy en mí, por eso cada día he tomado la determinación de aprender a amar incluso a aquellas personas que me son difíciles de amar, y aquellas situaciones en donde mi actitud, mi comportamiento no puedan aportar nada bueno he decido ponerlas en las manos de Dios y decirle "Repárame Señor".
Ximena de Camacaro, Autora del "DESAFÍO DE SER MUJER".
Comentarios
Publicar un comentario